La cantante Ariana Grande, famosa por éxitos como “7 Rings” y “Positions”, anunció un cambio crucial en su trayectoria artística que ha tomado a sus seguidores por sorpresa. A sus 31 años, la artista reveló en el podcast Las Culturistas su intención de reducir su participación en la música pop para dedicarse más al teatro, un ámbito que considera su verdadera pasión. Grande expresó que, aunque continuará creando y subiendo a los escenarios, su ritmo de producción ya no será el mismo: “No creo que hacer esto al ritmo que lo he hecho durante los últimos diez años sea lo que deseo para los próximos diez”.

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Este cambio de dirección se debe en gran medida a su papel en la próxima adaptación cinematográfica de Wicked, que la llevó a redescubrir sus raíces en el teatro musical, donde comenzó su carrera a los 15 años. Ariana mencionó que el teatro es “su corazón”, una actividad que la conecta profundamente con su creatividad y que encuentra sanadora. Al retomar la actuación y la comedia, ha sentido una reconexión emocional que revitaliza su carrera, priorizando la autenticidad sobre el éxito comercial.

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Grande también ha mostrado interés en roles cinematográficos que le permitan explorar aspectos profundos de su talento, enfatizando que no busca cantidad, sino calidad. Su audición para el papel de Glinda en Wicked, a pesar de recomendaciones en contra, refleja su compromiso y deseo de ganarse cada oportunidad. Esta nueva etapa para Ariana es más que un cambio de ritmo; es una declaración de identidad artística, un regreso a lo esencial y una búsqueda de sentido que la impulsa a redescubrirse como actriz y cantante.