La jericalla nace en una de las ciudades que representan más la mexicanidad en el extranjero, es decir, Guadalajara, Jalisco. Se cuenta que este postre lleva el nombre del lugar donde nació una de las monjas que creo este postre, el pueblo se llama Jérica y está en la comunidad de Valencia en España.

Se cuenta que esta monja estaba cocinando para los niños huérfanos del Hospicio Cabañas y empezó a tomar tanto ingredientes europeos como mexicanos y los mezcló, los puso a hornear, pero al tener que servir a tantos niños, olvidó lo que había dejado dentro del horno y al momento de sacarlo notó que se había quemado la parte superior y es así como la jericalla nació. Es una golosina que tiene un sabor similar al del flan, pero su consistencia es más ligera en cada bocado, aparte del sabor de la leche quemada que es su principal característica.

Hoy te dejamos una variante de la jericalla de vainilla, pues le agregarás un toque dulce de leche o de cajeta, te aseguro que también te gustara.

Ingredientes:

• 4 tazas de leche entera
• 2 cdtas de extracto de vainilla
• 1 taza de cajeta o dulce de leche
• 8 yemas de huevo
• ½ taza de azúcar

Preparación:

1. En una olla mediana, vierte la leche, el extracto de vainilla y la cajeta, ponla a fuego medio y deja que suelte el hervor, una vez que haya hervido, baja el fuego y sigue cocinando, no dejes de revolver la mezcla por 2 minutos más. Y deja que se enfrié un poco.
2. Mientras tanto, precalienta el horno a 177°C.
3. En un tazón mediano, bate durante un minuto las yemas, ayúdate con un tenedor o con un globo para batir. La mezcla debe quedar de color amarillo pálido y espesas. Con un cucharón, agrega poco a poco la mezcla de leche, esta debe de estar un poco enfría para poderla incorporar en su totalidad.
4. Puedes usar un recipiente mediano o verter la mezcla en moldes individuales para flan. Ponlos en un refractario y agrega agua caliente alrededor de los moldes hasta que llegue a la mitad de altura de estos. Mete el refractario con mucho cuidado en el horno.
5. Hornea la jericalla durante 50 minutos, o hasta que veas que esta cuajando y tenga una capa gruesa en la superficie. Es posible que en el centro se vea todavía un poco aguado.
6. Pasado el tiempo, saca el refractario del horno y espolvorea la superficie de cada jericalla con un poco de azúcar, vuelve a ingresar el refractario al horno y sube un poco la temperatura del horno, deja que se doren durante uno 30 segundos, o hasta que el azúcar se haya derretido y dorado.
7. Saca el refractario del horno y deja que se enfríe un poco, después podrás sacar los moldes individuales del baño de agua en que se tenían.
8. La jericalla debe estar cremosa y suave. Deja que se enfríen en el refrigerador antes de servirla, esto ayudará a que termine de cuajarse.
9. Completamente frío, sácalo y disfruta de él.

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