*Una mansión con historia

Reportaje y fotos por Silver Juárez Arce

Recorrer el Paseo Bolívar es una de las experiencias más agradables que los turistas y los ciudadanos pueden hacer durante un largo y tedioso día de trabajo.

Cruzar el Parque Lerdo y caminar por el amplio camellón nos lleva hasta una de las mansiones más hermosas de México y uno de los edificios más grandiosos de la ciudad tanto por su belleza como por su historia.

Detenerse frente a esta casa ahora convertida en el Centro Cultural Universitario es regresasr al pasado.

La obra fue proyectada y construida por el arquitecto de origen colombiano Don Julio Corredor Latorre, por encargo de Don Manuel Gameros propietario original de esta maravillosa finca enclavada en el centro de la ciudad.

Fue el 18 de febrero de 1907 que el Sr.Gustavo Zork vendió la propiedad al Ing. Manuel Gameros Ronquillo por la cantidad de 4 mil pesos plata del cuño Mexicano.

Se terminó de construir en 1910 tras 3 años de haberse iniciado con la edificación. Lástima porque en ese año estalló la Revolución Mexicana ocasionando que el propietario y su familia no pudieran habitarla.

En 1904 el Ing. Gameros hizo un largo viaje por Europa, estando en Francia y Alemania. En este viaje conoce una residencia en el sur de Francia tipo Art Nouveau, y al regresar trae la idea de construir una finca similar en Chihuahua.

Al encomendar la construcción al Arq. Julio Corredor Latorre, funcionario de la Embajada Colombiana en la Ciudad de México, el profesional es enviado a Francia para tomar los datos de la finca cuyo diseño había cautivado a Don Manuel Gameros.

En noviembre de 1913 Manuel Gameros fue nombrado senador de la república y en diciembre de 1913, el Gral. Francisco Villa ocupa la Ciudad de Chihuahua, y teniendo como marco la lucha revolucionaria, la Quinta Gameros fue intervenida por las autoridades revolucionarias y en ella tuvo su residencia oficial y privada el primer Jefe del Ejército Constitucionalista Don Venustiano Carranza durante los meses de abril y mayo de 1914.

La Quinta Gameros guarda la enorme historia que se escribió en torno a la Revolución Mexicana, intrigas y pleitos entre los jefes revolucionarios y testigo de sucesos que tuvieron un profundo impacto en el curso político de nuestro país durante la gesta revolucioanria.

Tras una serie de incidentes cuyos protagonistas fueron Francisco Villa y Venustiano Carranza la Quinta tuvo un cruel destino la convirtieron en prisión y cuartel general de Villa.

Concluida la Revolución la Quinta  fue habitada por el matrimonio Russek Gameros a partir de 1921 hasta septiembre de 1926.

El 9 de noviembre de 1926 se vendió al Gobierno del Estado.

A partir de ese año tuvo varios usos como edificio público. Fue sede del Palacio de Justicia y Educación Pública. Ahí quedaron instaladas las oficinas superiores del ramo de Educación Pública y la Oficina Central del Registro Civil. Posteriormente fue destinándose para diversos usos: estación de Radio, Junta Central de Aguas y la Junta Local de Caminos. La Señora Martha Russek Gameros, menciona en su narración denominada «Historia de la Quinta Gameros», que en dicho recinto funcionó también el Hospital de Sangre.

En diciembre de 1954 se instala en la Quinta Gameros la Rectoría de la Universidad de Chihuahua y las escuelas de Ingeniería Civil, Derecho y Música. La Rectoría permaneció en este lugar hasta 1958, año en el que se trasladó a su nuevo recinto en la Ciudad Universitaria.

El 9 de mayo de 1958, el Gobernador Teófilo Borunda celebró un contrato de comodato por 25 años con el binomio Universidad de Chihuahua – Instituto Nacional de Antropología e Historia, para instalar en la Quinta Gameros el Museo Regional del Estado de Chihuahua, con la condición de que se respetara la exposición minera ya instalada. Dicho museo fue inaugurado por el Lic. Adolfo López Mateos, Presidente de la República, el día 22 de noviembre de 1961.

El 19 de octubre de 1968, el Lic. Oscar Flores, Gobernador del Estado, otorgó la Autonomía a la Universidad de Chihuahua y la Quinta Gameros pasó a formar parte del patrimonio de la Universidad.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *