Las almohadillas de los perros, aunque resistentes, son una zona sensible que está en contacto constante con el suelo. Esto las hace susceptibles a grietas, heridas y quemaduras. Los cuidadores deben estar atentos a protegerlas y saber cómo tratarlas en caso de lesión, ya que estas áreas actúan como una barrera protectora esencial para las patas del perro.

También te puede interesar: El oído de los perros, un sentido excepcional

También te puede interesar: Koda, la perra labrador que impulsó a Crouser en los Juegos Olímpicos

Es crucial recordar que la piel de las almohadillas es más delicada de lo que parece, a pesar de su capacidad para soportar el peso y el impacto al caminar o correr. Las glándulas sudoríparas que tienen no solo ayudan a regular la temperatura sino que también las mantienen húmedas, evitando la aparición de grietas. Si se nota que las almohadillas están agrietadas, es vital tomar medidas inmediatas para curarlas, asegurando que se mantengan suaves y firmes.

También te puede interesar: Entrena a tu perro a ir al baño

Para proteger las almohadillas de posibles daños, es recomendable utilizar cremas hidratantes, aceite de oliva o aloe vera. Además, se debe evitar caminar con el perro sobre superficies extremadamente calientes o frías, ya que pueden causar quemaduras graves. En situaciones donde el terreno sea muy duro o abrasivo, se pueden usar botas protectoras para prevenir lesiones adicionales. Finalmente, si ya existe una herida, es fundamental realizar una correcta limpieza, desinfección y aplicar una pomada cicatrizante, cubriendo la zona con un vendaje si es necesario. Ante cualquier complicación, acudir al veterinario es siempre la mejor opción para evitar que el problema empeore.