Redacción y fotografía: Silver Juárez
En la intersección de la calle 4ª y Victoria, frente a la emblemática Catedral Metropolitana de Chihuahua, se vivió una curiosa escena que captó la atención de transeúntes y turistas por igual. Un gato, con la agilidad y destreza propias de su especie, decidió hacer una inesperada escala en el techo de un automóvil estacionado en el lugar.

El felino, de pelaje gris y blanco, fue visto trepando con facilidad desde el suelo hasta la parte superior del vehículo, donde se acomodó plácidamente. Los testigos del inusual acontecimiento no tardaron en sacar sus teléfonos para capturar el momento, que rápidamente se convirtió en un tema de conversación en la zona.

Algunos de los presentes intentaron atraer la atención del gato, llamándolo y ofreciéndole alimento, pero el animal parecía más interesado en disfrutar de la vista desde su nuevo trono. Mientras tanto, el dueño del auto, al llegar y ver la escena, no pudo evitar reír ante la situación. “No me lo esperaba, pero al menos no me rayó el coche”, comentó con buen humor.

Este tipo de situaciones, aunque anecdóticas, aportan un toque de frescura y espontaneidad a la vida diaria en el centro de la ciudad. La Catedral Metropolitana, con su majestuosa arquitectura, es testigo de miles de momentos cada día, y en esta ocasión, un pequeño gato logró robarse el protagonismo.

La historia del gato en el techo del auto es un recordatorio de cómo la vida urbana está llena de sorpresas, donde incluso los actos más simples de un animal pueden crear un breve pero significativo instante de conexión entre las personas que lo presencian.