Nota y Fotos por: Silver Juárez Arce

En la tradicional Feria del Hueso, instalada sobre la calle 20 de noviembre frente a los Panteones Municipales 1 y 2, los vendedores de caña de azúcar mantienen viva una de las costumbres más arraigadas del Día de Muertos.

Esta dulce tradición, que coincide con la temporada de cosecha, no solo representa un sustento económico para los comerciantes locales sino que también preserva un significado cultural profundo. “La caña no puede faltar en estas fechas, es para que los difuntos calmen su sed después de su largo viaje”, explica un vendedor con más de 15 años participando en la feria.

Los visitantes que acuden a los panteones aprovechan para comprar trozos de esta planta dulce, que junto con mandarinas y guayabas, forman parte esencial de las ofrendas tradicionales. La caña, heredada de la fusión entre tradiciones prehispánicas y españolas, se ha convertido en un elemento indispensable que simboliza la dulzura de la vida que se comparte con los que ya partieron.

Los puestos permanecerán instalados durante todo el fin de semana, ofreciendo este y otros productos tradicionales a quienes visitan a sus difuntos en los camposantos de la capital chihuahuense.

“Es una tradición que no se pierde, cada año vendemos más porque la gente sabe que la caña no puede faltar en sus ofrendas”, mientras prepara otro manojo para la venta.