Wicked, una dóberman de tres años, se coronó como campeona en el prestigioso concurso del American Kennel Club (AKC) en diciembre. Este tipo de competición no es solo un despliegue de apariencia; los jueces buscan cualidades específicas que han sido perfeccionadas por cada raza durante siglos de cría. Criados originalmente en Alemania como perros guardianes, los dóbermans son reconocidos por su valentía y vigilancia, cualidades que se reflejan en la misma Wicked, quien mantuvo una presencia tranquila pero dominante durante el concurso, ganándose además la simpatía del público.

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En el AKC, la categoría de “perro de trabajo” incluye a razas seleccionadas no por la ocupación actual del perro, sino por sus características y habilidades heredadas. Durante la competencia, cada participante demuestra sus capacidades físicas, como la habilidad de mantener el trote con una postura alineada y la espalda recta, características cruciales para la labor de guardia que requieren estos animales. Además, los dóbermans, como Wicked, deben cumplir estrictos estándares de conformación, desde la posición de sus patas hasta la forma de su cabeza y ojos.

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La competencia de 2023 en Orlando atrajo a cerca de 10,000 perros que participaron en diversas categorías, incluyendo 31 perros de trabajo. Entre estos se encontraban akitas, conocidos por su enfoque silencioso, y rottweilers, descendientes de los mastines romanos, que impresionan por su estructura robusta y valentía. La jornada estuvo llena de perros mostrando su fuerza y habilidad, como el imponente komondor con su pelaje espeso y protector, o el ágil pinscher alemán que solía librar a las granjas de plagas. Cada raza exhibe su propio talento, pero solo unos pocos alcanzan la perfección que exigen los jueces.