Rusia respondió al ataque ucraniano con misiles de largo alcance disparando, este jueves por la mañana, un misil balístico internacional a la ciudad de Dnipró, marcando la primera vez en casi tres años de conflicto que utiliza este tipo de armamento contra Ucrania. Según Ukrainska Pravda, se trató de un misil intercontinental RS-26 Rubezh, con un alcance de 5,800 kilómetros, según la Asociación de Control de Armas (ACA).

Un analista militar explicó que el RS-26 es un misil que entra y sale del espacio, dispersando ojivas en su reingreso. Mientras, la Fuerza Aérea de Ucrania informó que Rusia también lanzó un misil aerobalístico Kh-47M2 Kinzhal y siete misiles crucero Kh-101. Según la AFP, una fuente ucraniana aseguró que el misil intercontinental no llevaba una ojiva nuclear, a pesar de los temores tras el decreto firmado por Putin que habilita el uso de armas nucleares en conflictos convencionales.

En Telegram, Andrí Kovalenko, jefe del Centro contra la Desinformación de Ucrania, reveló que mientras Dnipró resistía, Ucrania contraatacaba la región rusa de Astraján con drones. Ucrania derribó seis de los siete misiles crucero de Moscú, pero no pudo interceptar el misil balístico intercontinental ni el Kinzhal.

Este ataque sucede tras el cierre de embajadas en Kiev por parte de EEUU, España, Italia y Grecia, ante el temor de un ataque masivo ruso. La ofensiva de Moscú envía un claro mensaje político a Europa y Estados Unidos, en un momento en que Joe Biden autorizó a Zelensky a usar misiles de largo alcance, condicionando a su sucesor, Donald Trump, favorable a Putin.