El próximo lunes 25 de noviembre, los hermanos Lyle y Erik Menéndez enfrentarán una crucial audiencia de hábeas corpus en un tribunal de Van Nuys a las 10 a.m. Por el interés público en el caso, solo 16 personas del público podrán asistir, seleccionadas a través de un sorteo el mismo día. Los boletos serán distribuidos entre las 8 y las 9 a.m., según informó el Tribunal Superior del Condado de Los Ángeles.

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Los hermanos, condenados en 1996 a cadena perpetua sin libertad condicional por el asesinato de sus padres en 1989, han buscado durante décadas que su caso sea revisado. Alegaron haber actuado en defensa propia tras sufrir años de abuso, pero el jurado desestimó estas declaraciones y los encontró culpables de asesinato premeditado. La audiencia representa una nueva oportunidad para revisar pruebas y testimonios que podrían modificar su destino.

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Este proceso ocurre en un contexto político cambiante en Los Ángeles, con la reciente salida del fiscal George Gascón, quien había recomendado reducir las condenas de los hermanos. Su sucesor, Nathan Hochman, asumirá en diciembre y tendrá la última palabra en la resentencia programada para el 11 de diciembre. La resolución de este caso, que ha polarizado a la opinión pública por más de tres décadas, podría significar un punto de inflexión en la historia legal de Estados Unidos.