La inesperada renuncia de Juan Carlos “La Bomba” Rodríguez como Alto Comisionado de la FMF ha dejado al fútbol mexicano en un estado crítico. El proyecto que prometía transformar el panorama deportivo nacional se desmoronó, dejando al país sin un plan claro a solo 18 meses del Mundial 2026.

Desde su nombramiento en mayo de 2023, Rodríguez apostó todo al Fondo de Inversión de $1,300 millones de dólares, respaldado por Apollo Global Management. Sin embargo, la resistencia de los clubes, temerosos de exponer sus estructuras financieras, bloqueó la propuesta. Este fondo habría financiado mejoras cruciales: seguridad en estadios, desarrollo de fuerzas básicas, fortalecimiento de equipos femeniles y un control equitativo de derechos televisivos.

Pese a su fracaso, el Mundial 2026 no corre riesgo inmediato. Las sedes de Guadalajara, Monterrey y Ciudad de México operan de manera independiente bajo la supervisión de FIFA, con el respaldo del Gobierno Federal. Sin embargo, la falta de liderazgo en la FMF podría comprometer la estabilidad a largo plazo.

La renuncia de “La Bomba” también evidencia fracturas profundas entre los dueños de clubes y la influencia de Emilio Azcárraga Jean, quien abandonó a su protegido en el momento más crítico. Sin un Plan B, el fútbol mexicano enfrenta el desafío de reinventarse desde cero. A puertas del Mundial, el panorama parece más incierto que nunca.