La felicidad en su forma más pura: Niñas rarámuri encuentran alegría en juegos tradicionales
Nota y Fotos por: Silver Juárez Arce
Al mediodía de este jueves, mientras los compradores navideños van y vienen cargados de paquetes y regalos, estas pequeñas, con sus tradicionales vestidos multicolores, han transformado un rincón de la plaza en su propio mundo de diversión. Sus risas cristalinas resuenan mientras sus manos se encuentran en elaborados juegos de palmas, acompañados de cantos en rarámuri que se mezclan con el español.
“Chocolate”, “Marinero que se fue a la mar” y otros juegos tradicionales de palmas cobran vida en sus pequeñas manos, recordándonos que la creatividad infantil no conoce fronteras ni necesita de dispositivos electrónicos o juguetes costosos para florecer.
Sus ojos brillantes y sus sonrisas genuinas contrastan con las vitrinas de juguetes que adornan las tiendas cercanas. Sin embargo, en su mundo, las palmas de sus manos son todo lo que necesitan para crear un universo de diversión.
Ellas vienen casi todos los días con sus mamás, que venden artesanías. Siempre están jugando y cantando, son más felices que muchos niños que tienen todo
En vísperas de una Navidad marcada por el consumismo, estas niñas rarámuri nos recuerdan que la felicidad reside en la simplicidad, en la capacidad de crear alegría a partir de lo más elemental, la imaginación.
Esta postal navideña del centro histórico de Chihuahua nos invita a reflexionar sobre el verdadero significado de la felicidad y nos recuerda que, en un mundo cada vez más materialista, las sonrisas más auténticas a menudo provienen de los momentos más sencillos.
Esta escena, captada en la víspera navideña, nos regala una lección atemporal: la verdadera riqueza no se mide en regalos o juguetes, sino en la capacidad de encontrar alegría en los pequeños momentos y en la compañía de quienes queremos.
