Los fuegos artificiales, comunes en celebraciones, representan una amenaza para las mascotas, especialmente en su audición. Los ruidos fuertes y repentinos pueden asustarlas y, en algunos casos, causarles daños auditivos. A diferencia de los humanos, los perros y gatos tienen un sentido del oído mucho más agudo, lo que los hace particularmente vulnerables a los efectos de los fuegos artificiales.

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Los perros pueden oír sonidos hasta cuatro veces más lejos que los humanos y en frecuencias mucho más altas, lo que hace que los fuegos artificiales les resulten no solo más fuertes, sino también más intensos. Esta sensibilidad auditiva puede generar consecuencias inmediatas como estrés, ansiedad, desorientación, tinnitus e incluso pérdida temporal de la audición. A largo plazo, la exposición constante a estos ruidos podría causar pérdida auditiva permanente, tinnitus crónico e hipersensibilidad al sonido.

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Para proteger a las mascotas de estos peligros, es recomendable mantenerlas en interiores durante los eventos con fuegos artificiales y crear un entorno seguro en casa. Además, el uso de tapones para oídos, prendas de compresión y consultas con el veterinario pueden ser medidas útiles para mitigar los efectos negativos. Es esencial educar a la comunidad sobre los riesgos que estos eventos representan para los animales, promoviendo alternativas más seguras como los fuegos artificiales silenciosos.