Cynthia Erivo y Ariana Grande demostraron su talento al interpretar sus canciones en vivo mientras volaban o realizaban movimientos complejos en el set de Wicked, la adaptación cinematográfica del musical de Broadway dirigida por Jon M. Chu. Esta decisión buscó mantener la esencia del espectáculo original y requirió una coordinación minuciosa entre los equipos de sonido, coreografía, vestuario y efectos especiales. Según Simon Hayes, mezclador de sonido, esta hazaña solo fue posible gracias a la dedicación y compromiso de todo el equipo.

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En icónicas escenas como “Defying Gravity” y “Popular”, las actrices grabaron sus voces mientras volaban o se columpiaban, respetando el ritmo del musical pero añadiendo libertad emocional a sus interpretaciones. El equipo técnico enfrentó desafíos únicos, como minimizar ruidos en el set, eliminar digitalmente micrófonos de los vestuarios y diseñar sistemas silenciosos para el viento. Esta apuesta por el canto en vivo significó costos adicionales, pero el resultado destacó la autenticidad de las actuaciones.

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La producción tomó medidas sin precedentes para grabar canciones como “No One Mourns the Wicked”. Generadores alejados, auriculares para coordinar movimientos en silencio y ajustes en el tempo en algunas canciones permitieron capturar la emotividad de las intérpretes. Según Hayes, tanto Erivo como Grande pudieron cantar hasta por 10 horas sin fatiga, consolidando su compromiso con el proyecto. La película, que combina innovación técnica y fidelidad artística, marca un precedente en la industria cinematográfica.