Los sentidos de los gatos: herramientas de supervivencia
Los gatos, descendientes de majestuosos felinos salvajes, poseen habilidades sensoriales sorprendentes que han perdurado desde su domesticación hace más de 9,000 años. Aunque ahora conviven con los humanos, han conservado su agudo sistema sensorial, diseñado para cazar, explorar y comunicarse. Sus cinco sentidos —vista, olfato, oído, tacto y gusto— no solo los hacen ágiles y precisos, sino que también les permiten adaptarse extraordinariamente a su entorno.
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La vista de los gatos es única. Están diseñados para la actividad crepuscular, con ojos que maximizan la luz gracias al tapetum lucidum, lo que les permite ver en la oscuridad. Aunque no distinguen bien los colores, su campo visual amplio y su capacidad para captar movimientos rápidos los convierten en cazadores efectivos. Por otro lado, su olfato, mucho más desarrollado que el de los humanos, les permite percibir olores a largas distancias, identificar feromonas y evaluar la frescura de los alimentos.
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La audición felina es un superpoder: captan frecuencias inaudibles para otros animales, como ultrasonidos emitidos por presas pequeñas. Además, sus orejas giran hasta 180 grados, ayudándolos a localizar sonidos con precisión. En cuanto al tacto, sus bigotes y almohadillas son herramientas clave. Los bigotes detectan cambios en el entorno, mientras que las almohadillas perciben texturas y vibraciones. Finalmente, aunque su gusto es limitado, este trabaja en conjunto con el olfato para elegir alimentos frescos y seguros.

Comprender cómo funcionan los sentidos de los gatos permite ofrecerles una mejor calidad de vida, respetando su naturaleza exploradora y cazadora. Cuidar sus necesidades sensoriales es esencial para garantizar su bienestar y felicidad.

