Venezolanos Reciben Apoyo en Casa del Migrante San Agustín ante Medidas Migratorias de EE.UU.
Nota y Fotos por: Silver Juárez Arce
En medio de la incertidumbre generada por las recientes políticas migratorias del presidente estadounidense Donald Trump, la Casa del Migrante San Agustín en Chihuahua se ha convertido en un refugio clave para decenas de venezolanos y otros migrantes que buscan reintegrarse a la vida en México o reagruparse tras ser deportados. Linda Flores, responsable de la casa administrada por la Arquidiócesis de Chihuahua, destacó los esfuerzos multisectoriales para atender esta crisis, aunque advirtió sobre los “grandes retos” que enfrentan, especialmente con personas desplazadas por la violencia.
Flores reconoció el trabajo coordinado entre los tres niveles de gobierno, incluida la participación de la delegada Mayra Chávez en Ciudad Juárez, donde se implementa un modelo de carpas de atención impulsado por Ana Laura, del Albergue León Avical. Estas estructuras temporales buscan albergar a quienes regresan a México, mientras organizaciones religiosas como la Casa Católica, Casa Eudes y grupos evangélicos unen fuerzas para ofrecer alimentación, seguridad y asesoría.


Uno de los mayores desafíos, según Flores, es la atención a personas desplazadas internas de estados como Zacatecas, Michoacán y Puebla, quienes huyen de amenazas y violencia. “Dejan todo: su casa, mascotas, dinero… Es un impacto distinto al de los migrantes extranjeros, que ya asumieron un viaje riesgoso”, explicó. Muchos intentaron llegar a EE.UU. buscando seguridad, pero ahora, ante las deportaciones, regresan con “miedo a permanecer en México”. Pese a esto, Flores destacó que el sector empresarial local ha integrado laboralmente a varios desplazados, aunque su anhelo de estabilidad sigue ligado a cruzar la frontera.
En los últimos días, la Casa del Migrante San Agustín ha recibido a grupos reducidos de extranjeros, incluidos venezolanos, que arribaron en autobuses desde el centro del país sin recurrir a coyotes. “Algunos buscan establecerse aquí y aportar a la comunidad”, señaló Flores, quien hizo un llamado a contratarlos de manera transparente, regularizando su estatus ante el Instituto Nacional de Migración (INM).
Flores citó las palabras del papa Francisco sobre “acoger, proteger e integrar” a los migrantes, e instó a la sociedad chihuahuense a brindar oportunidades laborales y apoyo psicosocial, especialmente a desplazados que cargan con traumas profundos. “Debemos tejer redes finas para que se sientan seguros y puedan sumarse a la vida productiva”, subrayó.
Mientras México se prepara para un posible aumento en las deportaciones desde EE.UU., la solidaridad local y los modelos de atención conjunta emergen como una luz ante la crisis humanitaria que no distingue fronteras.
