En el corazón de una nueva polémica, el presidente de la Mesa Directiva del Senado, Gerardo Fernández Noroña, ha generado indignación tras sus declaraciones sobre el Rancho Izaguirre en Teuchitlán, Jalisco. Este lugar ha sido señalado por colectivos de búsqueda como un posible crematorio clandestino, donde se han encontrado cientos de objetos personales que podrían pertenecer a víctimas del crimen organizado.

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Durante una transmisión en vivo, el senador morenista calificó las denuncias como “presunciones” y acusó a los medios de comunicación y a la oposición de aprovecharse de la tragedia. “Hay 200 zapatos ahí, sí. Pero, ¿quién dice que esos zapatos son de personas desaparecidas?”, expresó, desatando críticas de activistas y familiares de víctimas que consideran sus palabras insensibles y desinformadas.

Aunque Fernández Noroña reconoció no tener pruebas para desestimar las denuncias, insistió en que la responsabilidad recae en la Fiscalía de Jalisco y pidió esperar los resultados de la investigación oficial. Sin embargo, sus comentarios contrastan con su postura en casos como el de los 43 normalistas de Ayotzinapa, donde responsabilizó directamente al gobierno federal y al Ejército.

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La controversia pone en evidencia la tensión entre las autoridades y los colectivos de búsqueda, quienes exigen justicia y sensibilidad ante la crisis de desapariciones en México. Las declaraciones del senador no solo han generado indignación, sino que también han reavivado el debate sobre la responsabilidad de los funcionarios públicos en abordar estas tragedias con empatía y compromiso.