La automatización en México ¿Progreso o un futuro sin empleos?
Claudia Sheinbaum presume inversiones, pero son fábricas sin humanos. Robots chinos que trabajan 24/7 y México solo pone el terreno. Sin empleos, sin innovación, sin futuro. Sólo es el trampolín para exportar a Estados Unidos sin desarrollo ni economía para el país. ¿Esto es progreso?
Más del 50 % del trabajo que se realiza en México está proclive a la automatización, es decir, máquinas y robots podrían efectuar la labor de estas personas debido a los avances de la inteligencia artificial (IA), consideró José Manuel Márquez Estrada, secretario académico del Instituto de Investigaciones Económicas.
El tema que mencionamos toca varios puntos clave sobre el impacto de la automatización y las inversiones extranjeras en México. Aquí hay algunos datos relevantes:
1. Automatización y fábricas sin humanos: China ha liderado la revolución de la industria robótica, implementando conceptos como las “dark factories”, fábricas completamente automatizadas que operan sin intervención humana. Estas instalaciones maximizan la eficiencia y reducen costos laborales, pero generan preocupaciones sobre la falta de empleos y el impacto social.
2. Inversiones extranjeras en México: Empresas como BYD han mostrado interés en establecer plantas en México, pero la presidenta Claudia Sheinbaum ha señalado que muchas de estas propuestas no se han formalizado. Aunque estas inversiones prometen beneficios económicos, también enfrentan críticas por no generar suficiente empleo local ni fomentar la innovación nacional.
3. Impacto en la economía mexicana: La automatización puede aumentar la productividad y reducir costos, pero también plantea desafíos como la pérdida de empleos y la dependencia de tecnología extranjera. Esto puede limitar el desarrollo económico sostenible y la creación de cadenas de valor locales.
¿Es progreso? Depende de cómo se gestione. Si las inversiones se enfocan en integrar tecnología con empleo local y desarrollo nacional, podrían ser beneficiosas. Sin embargo, si solo se utilizan como trampolín para exportar sin generar valor interno, las críticas mencionadas son válidas. ¿Qué opinas tú? ¿Crees que México debería adoptar un enfoque diferente hacia estas inversiones?