Aunque Los Simpson es hoy una de las series más icónicas de la televisión, su historia pudo haber terminado incluso antes de comenzar. El episodio piloto original, titulado Some Enchanted Evening, fue recibido con una ola de críticas negativas por su tono sombrío, personajes poco carismáticos y una animación tan deficiente que alarmó al propio equipo creativo. Este primer intento por presentar a la familia amarilla más famosa del mundo casi pone fin al proyecto antes de su estreno oficial.

También te puede interesar: «Goya»: la ópera prima tapatía que brilla en cines de México

El episodio, conocido en español como el de “la niñera ladrona”, tenía la intención de presentar el universo Simpson con una trama dual: Marge y Homero intentando reavivar su matrimonio con una salida romántica, mientras sus hijos quedaban al cuidado de una niñera que resultaba ser una delincuente buscada. Sin embargo, lejos de generar empatía o risas, la historia fue considerada agresiva, poco atractiva y visualmente tosca. La recepción fue tan mala que la continuidad de la serie quedó seriamente comprometida.

También te puede interesar: David Schwimmer no soportaba la canción de «Friends»

Ante el riesgo inminente de cancelación, el productor James L. Brooks tomó una decisión clave: rehacer gran parte del capítulo, pero retrasar su emisión y lanzar la serie con otro episodio. Así, Simpsons Roasting on an Open Fire, el especial navideño, se convirtió en el verdadero debut de la serie. Con una animación más pulida y una historia entrañable sobre los lazos familiares y las dificultades económicas, el capítulo logró conectar emocionalmente con la audiencia. Ese giro narrativo salvó a Los Simpson y marcó el inicio de lo que sería una de las mayores revoluciones en la historia de la animación para adultos.