Luego de la dolorosa eliminación en la Champions Cup, el Club América ha redefinido sus objetivos de cara al cierre del semestre. El fracaso internacional ha obligado al equipo a mirar hacia adentro, reagruparse y colocarse nuevas metas innegociables: conseguir el tetracampeonato de Liga MX y luchar por un lugar en el Mundial de Clubes 2025.

En el campamento azulcrema hubo autocrítica tras caer ante Cruz Azul en cuartos de final, y las voces fuertes al interior del vestidor dejaron claro que no hay margen para más tropiezos. El plantel ha cerrado filas, y el liderato general y el título del Clausura ya no se plantean como metas, sino como obligaciones.

A esta urgencia se suma una posibilidad latente que empieza a cobrar fuerza: disputar un repechaje ante LAFC por el lugar que dejó vacante León en el torneo mundialista que se jugará en Estados Unidos en junio. En América están conscientes de que, si se presenta esa oportunidad, no hay espacio para fallos.

El equipo también comienza a mover sus piezas de cara al verano. Entre los primeros señalados para salir está Néstor Araujo, quien ya ha estado en la puerta de salida y esta vez no tendría renovación, pues su contrato vence en junio. Otro caso es el de Javairô Dilrosun, quien no logró cumplir con las expectativas. A pesar de tener contrato hasta 2026, el club ya explora opciones para colocar al neerlandés en otro equipo, principalmente para liberar una plaza de extranjero.

El cupo que dejaría Dilrosun es crucial, ya que se usaría para registrar oficialmente a Igor Lichnovsky, quien se perfila como una de las piezas claves en la reestructuración.

Tras la eliminación, América no tiene margen para distracciones: el título local y el pase al Mundial de Clubes son ahora mandatos ineludibles para un equipo que no se permite segundos fracasos.