Derek Carr, mariscal de campo de los New Orleans Saints, ha puesto fin a su carrera en la NFL luego de 11 años en los emparrillados. La decisión fue tomada tras confirmarse una lesión en el hombro derecho que requiere cirugía, lo que lo habría dejado fuera de toda la temporada 2025 si hubiese permanecido activo.

El egresado de Fresno State inició su carrera profesional con los Raiders, franquicia con la que disputó nueve temporadas antes de unirse a los Saints, donde jugó sus últimos dos años. Carr ya arrastraba molestias físicas desde finales de la temporada pasada, la cual terminó con una conmoción cerebral y una lesión en la mano izquierda. A su regreso a los entrenamientos en marzo, comenzó a experimentar un dolor persistente en el hombro que, tras estudios médicos, fue diagnosticado como un desgarro labral y daños en el manguito rotador.

Ante el panorama médico y tras varios intentos de rehabilitación, el veterano quarterback decidió que el retiro era el camino más adecuado. En un mensaje compartido en sus redes sociales y replicado por la franquicia de Nueva Orleans, Carr agradeció el apoyo de su familia, entrenadores, compañeros y aficionados durante más de una década en la liga. El mensaje, cargado de emotividad, reflejó la gratitud del jugador hacia todos los que formaron parte de su trayectoria.

Carr se retira dejando una marca significativa en la NFL, siendo durante años uno de los quarterbacks más constantes de la liga. Su liderazgo, ética de trabajo y compromiso con el juego le ganaron el respeto dentro y fuera del campo. Aunque su carrera termina por causas físicas, su legado perdura como uno de los pasadores más destacados de su generación.