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Maestra Dilia Ceballos Aguirre celebra 30 años de vocación docente en la Primaria Independencia

Nota y Fotos por: Silver Juárez Arce

Recibió un ramo de 30 rosas rojas de su familia y será homenajeada por la SEP en el Día del Maestro

Con tres décadas de entrega a la educación pública, la maestra Dilia Ceballos Aguirre fue sorprendida este miércoles con un arreglo floral de 30 rosas rojas, símbolo de sus años de servicio, por parte de su familia. La emotiva celebración precede al homenaje que recibirá mañana, 15 de mayo Día del Maestro, de la Secretaría de Educación Pública (SEP), junto a otros docentes con trayectorias ejemplares.

De comunidades indígenas a la ciudad: una vida dedicada a las aulas: En entrevista para Ocho Ochenta Noticias, Ceballos Aguirre recordó sus inicios en 1994 en La Gloria, una comunidad indígena del municipio de Guachochi, donde dormía en un “catrecito” dentro de la escuela sin servicios básicos. “Me perdí una noche camino a la escuela… solo había luz solar”, relató. Posteriormente, enseñó en Cruz de Camargo, en la primaria federal Agustín Melgar de Anáhuac para hijos de trabajadores de la fábrica de papel Ponderosa y en la escuela Emiliano Zapata de Villa Juárez.

Desde 2005, se estableció en la Primaria Independencia de la colonia Lealtad Uno, donde ha formado a dos generaciones: “Hoy enseño a hijos de mis primeros alumnos. Ellos bromean: ‘Somos sus nietos’”, dijo entre risas.

Entre sus orgullos destacan exestudiantes como un piloto de la Fuerza Aérea, abogados, médicos, ingenieros y maestros. Uno de ellos, ganador de un concurso de derechos humanos en su infancia, ahora es docente en ingeniería aeroespacial. “Me manda fotos desde EE. UU. y dice: ‘Maestra, ¿se acuerda de aquella computadora que ganamos?’”, compartió emocionada.

“No me retiro”: 30 años no son suficientes: A sus 52 años, la maestra aclaró que continuará enseñando: “El sistema me permite jubilarme a los 58, pero quiero llegar a 40 años de servicio”. Reconoció que, aunque el sueldo es importante, su mayor gratificación son “los agradecimientos de las familias y ver triunfar a los niños”.


Mañana, la SEP reconocerá su trayectoria en una ceremonia estatal. “Treinta años parecen eternos al inicio, pero se llenan de historias que atesoro”, afirmó. Mientras sostiene el ramo de rosas regalo de su madre, hermanos y sobrinos, concluye: “Esta profesión me dio más de lo que imaginé. Sigamos desarmando el mundo con educación, no con palabras vacías”.