En una temporada que podría quedar grabada como el inicio de una era, Lamine Yamal volvió a dejar su sello con una obra maestra que encendió el derbi catalán ante el Espanyol y acercó al Barcelona a un nuevo título de LaLiga. Con tan solo 17 años, el prodigio blaugrana demostró por qué es el jugador más determinante del equipo, al marcar un gol de antología que abrió el camino a la victoria en Cornellà-El Prat.

El conjunto dirigido por Hansi Flick había monopolizado la posesión en el primer tiempo, aunque sin demasiada profundidad. Sin embargo, al comenzar la segunda mitad, el Barça elevó la intensidad y encontró la llave del partido en los pies de su joven figura. A los 53 minutos, Yamal protagonizó una conexión rápida con Dani Olmo, que le devolvió el balón sobre la derecha. Desde allí, el número 19 emprendió su clásica diagonal hacia el centro y, desde la medialuna, sacó un remate formidable que se incrustó en el ángulo superior derecho del arquero Joan Garcia.

Ese destello de talento no solo encendió al equipo, sino que consolidó una temporada consagratoria: 17 goles y 24 asistencias en 53 partidos, con la Copa del Rey y la Supercopa de España ya en las vitrinas, y una destacada campaña europea que finalizó en semifinales de la Champions League.

El gol, más allá de su belleza, simboliza el peso de Yamal en el nuevo ciclo del club. Si el Barcelona termina sellando el campeonato, pocos discutirán que este joven ya no es promesa, sino una realidad deslumbrante del fútbol mundial.