Es común ver a tu perro con pequeñas secreciones en los ojos al despertar. Estas legañas en perros, por lo general, forman parte del proceso natural de limpieza ocular y no representan un riesgo para su salud. Sin embargo, cuando su cantidad, color o consistencia cambian, pueden estar alertándonos de problemas más serios, como infecciones o alergias. Observar con atención la zona ocular de tu mascota es clave para detectar a tiempo cualquier alteración que requiera atención veterinaria.

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Las secreciones oculares pueden ser claras, amarillas, verdes o marrones. Las legañas claras o blancas suelen ser inofensivas, mientras que las amarillas o verdes podrían indicar infecciones como la conjuntivitis. En tanto, las marrones o negras podrían deberse a alergias o problemas en el lagrimal, especialmente en razas propensas como los caniches o bichones. Si estas secreciones son persistentes, abundantes o acompañadas de otros síntomas como picor, enrojecimiento u olor desagradable, es fundamental acudir al veterinario para una evaluación.

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Para mantener la salud ocular de tu perro, es recomendable limpiar las legañas a diario con una gasa limpia y húmeda, usando movimientos suaves. En algunos casos, el uso de colirios recetados puede ser necesario. Prevenir problemas oculares también implica cuidar su entorno y estar atentos a señales como ojos llorosos, inflamación o conductos lagrimales obstruidos. Ante cualquier duda o cambio anormal, el acompañamiento veterinario será la mejor herramienta para asegurar que tu perro mantenga unos ojos sanos y libres de complicaciones.