Doble ejecución sacude al gobierno de la CDMX: asesinan a colaboradores de Clara Brugada
Ciudad de México— La violencia golpeó el corazón del gobierno capitalino la mañana del 20 de mayo, cuando Ximena Guzmán, secretaria particular de la jefa de Gobierno, Clara Brugada, y José Muñoz, asesor cercano, fueron asesinados en un ataque directo sobre la Calzada de Tlalpan. El crimen, perpetrado por un sicario que disparó a quemarropa antes de huir en motocicleta, ha generado conmoción en la administración de la 4T y en la esfera política nacional.
El atentado ocurrió minutos antes de las 8:00 a.m., cuando Guzmán y Muñoz se encontraban en un vehículo Audi estacionado en la colonia Moderna, alcaldía Benito Juárez. Según imágenes de cámaras de seguridad, el agresor, vestido con una chamarra blanca y casco de motociclista, disparó al menos 12 veces contra sus víctimas antes de escapar. La Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México (FGJCDMX) ha iniciado investigaciones para esclarecer el crimen y determinar si está vinculado con recientes operativos contra el crimen organizado.
El impacto del ataque trascendió de inmediato a la conferencia matutina de la presidenta Claudia Sheinbaum, quien fue informada del hecho en pleno evento por el secretario de Seguridad, Omar García Harfuch. Brugada, visiblemente afectada, calificó el crimen como “doloroso e indignante” y aseguró que no habrá impunidad. “Este acontecimiento se investiga con el mismo rigor con el que las instituciones realizan su trabajo todos los días. Investigar, esclarecer y garantizar que no haya impunidad es nuestro compromiso”, declaró.
Las autoridades han identificado una motocicleta abandonada en calles cercanas, que podría estar relacionada con el ataque. Además, peritos analizan rastros dactilares y grabaciones de videovigilancia para dar con los responsables. La FGJCDMX también investiga la posible autoría intelectual del crimen, ante la sospecha de que se trate de una represalia por recientes detenciones de líderes del narcotráfico.
El asesinato de Guzmán y Muñoz marca un precedente en la gestión de Brugada y revive temores sobre la seguridad de funcionarios públicos en la capital. Mientras la investigación avanza, el gobierno capitalino enfrenta una crisis que podría redefinir su estrategia de seguridad en los próximos meses.