Reforma fiscal de Trump avanza con impuesto a remesas y recortes sociales.
Después de más de 24 horas de debate, primero en comités y luego en el pleno, la Cámara de Representantes de Estados Unidos aprobó la llamada “grande y bella” reforma fiscal impulsada por el presidente Donald Trump. Con 215 votos a favor, 214 en contra y una abstención, la iniciativa logró superar la oposición de algunos republicanos moderados, gracias a ajustes de última hora que aceleraron los recortes a Medicaid y elevaron las deducciones estatales y locales.
Un golpe a los programas sociales
El paquete fiscal aprobado contempla reducciones en Medicaid, el programa de salud para personas de bajos recursos, afectando a más de 14 millones de beneficiarios. También se prevé la eliminación de subsidios para alimentos, lo que ha generado fuertes críticas por parte de los demócratas, encabezados por Hakeem Jeffries, quienes acusan a los republicanos de favorecer a los sectores más ricos mientras desprotegen a los más vulnerables.
Impuesto a las remesas: impacto en los migrantes
Uno de los puntos más polémicos de la reforma es la imposición de un gravamen del 3.5% a las remesas enviadas desde EE.UU. hacia otros países, una reducción respecto al 5% originalmente propuesto. Este impuesto afectará a personas indocumentadas y con visas, pero no a ciudadanos ni residentes legales permanentes. La medida ha generado preocupación entre la comunidad migrante, especialmente en México, donde las remesas representan una fuente crucial de ingresos para millones de familias.
Más presupuesto para el muro fronterizo
El proyecto también contempla un aumento en el gasto destinado a la seguridad fronteriza, incluyendo 701 millas adicionales de muro, 900 millas de barreras en ríos y 629 millas de cercas secundarias. La administración de Trump ha defendido estas medidas como esenciales para frenar la migración irregular, aunque han sido duramente criticadas por sectores progresistas y defensores de derechos humanos.
El futuro de la reforma en el Senado
A pesar de su aprobación en la Cámara de Representantes, la reforma aún debe pasar por el Senado, donde su desenlace es incierto. Algunos republicanos moderados han expresado su rechazo a ciertos aspectos del paquete, especialmente el incremento de las deducciones fiscales estatales y los recortes a programas sociales. La votación final podría extenderse hasta la madrugada, en medio de intensas negociaciones y presiones políticas.
La reforma fiscal de Trump representa un cambio significativo en la política económica de EE.UU., con implicaciones directas para millones de ciudadanos y migrantes. Mientras el Senado se prepara para debatir el proyecto, la incertidumbre sobre su impacto sigue creciendo.