El tetracampeonato de América quedó en cenizas tras caer 2-0 ante un Toluca que volvió a saborear la gloria después de 15 años de sequía. Con un estadio en ebullición y una afición sedienta de revancha, los Diablos Rojos recuperaron la corona y se convirtieron en once veces campeones de la Liga MX.

El encuentro comenzó con tensión y nerviosismo. Ambas escuadras parecían más concentradas en no fallar que en proponer, repitiendo el guion del partido de ida. La primera ocasión de peligro fue para América al minuto 26, cuando Israel Reyes estremeció el poste tras una veloz combinación con Kevin Álvarez. Esa jugada despertó a Toluca, que con ímpetu tomó el control, aunque sin profundidad ofensiva antes del descanso.

La historia cambió radicalmente en la segunda mitad. América sufrió un duro golpe con la lesión de su capitán Henry Martín, y poco después, el defensor brasileño Luan García abrió el marcador con un certero cabezazo tras un tiro de esquina ejecutado con maestría por Alexis Vega. El tanto evidenció la pobre marca de Kevin Álvarez y desató la euforia en las gradas.

André Jardine, técnico azulcrema, intentó reanimar a su equipo con variantes ofensivas, pero el efecto fue contraproducente. Unos minutos más tarde, una polémica jugada en el área culminó con una falta sancionada sobre Robert Morales. Aunque el VAR mostró que Sebastián Cáceres tocó primero el balón, el árbitro mantuvo su decisión y Vega sentenció desde el punto penal.

Los minutos finales mostraron a un América desesperado, lanzado al frente sin orden ni claridad, mientras Toluca administraba el tiempo con inteligencia, sabiendo que la historia estaba escrita.

Con este triunfo, Toluca alcanzó su undécimo campeonato y puso fin a la hegemonía americanista, despertando al gigante azulcrema de su sueño tetracampeón y devolviendo el infierno al trono del fútbol mexicano.