A sus 40 años, Cristiano Ronaldo sigue escribiendo capítulos gloriosos en su legendaria carrera. Recién coronado campeón de la UEFA Nations League por segunda vez, el delantero portugués no solo sumó un nuevo título a su vitrina, sino que reafirmó su vigencia con un gol ante España y una declaración audaz: “Soy el número uno”. Aunque una lesión lo dejó fuera de la definición por penales, su influencia en la semifinal y en la final fue innegable, demostrando que su lugar en la selección no es simbólico, sino funcional.

El histórico Mundial 2026, alcanzar los 1,000 goles como profesional y compartir cancha con su hijo son los últimos tres desafíos que el atacante luso se ha trazado antes de decir adiós.

El primero, sin duda el más ambicioso, es conquistar el único gran trofeo que le falta: la Copa del Mundo. Pese a una historia de desencantos en ediciones anteriores, donde sus actuaciones individuales no evitaron eliminaciones prematuras, Ronaldo apunta a su sexta participación mundialista, algo nunca visto en un jugador de campo. Llegaría con 41 años, pero respaldado por una camada dorada liderada por Bruno Fernandes, Bernardo Silva y Rúben Dias, y tras dos años con menor carga física en el fútbol saudí, donde se mantiene en forma con Al-Nassr.

El segundo reto es romper la barrera de los mil goles. Hoy suma 938 tantos, acumulados desde su debut con el Sporting de Lisboa, pasando por el esplendor en el Manchester United y su consagración goleadora en el Real Madrid, donde marcó 450 veces. En la Juventus anotó 101 y desde su llegada al fútbol árabe ya lleva 99 más, además de sus 138 goles con Portugal, récord absoluto a nivel de selecciones. Para llegar a la cifra mítica necesitaría al menos dos temporadas más en competencia, objetivo que parece posible si mantiene su promedio anotador actual.

El último sueño es más simbólico, pero no menos especial: jugar junto a su hijo, Cristiano Jr., quien con casi 15 años ya milita en las divisiones juveniles del Al-Nassr y ha debutado como goleador con la Sub-15 de Portugal. Compartir cancha, aunque sea en un partido, sería una escena histórica para el fútbol y la culminación perfecta para la carrera del ídolo.

Cristiano Ronaldo, con el físico de siempre, la mentalidad de un competidor nato y tres metas bien claras, sigue desafiando al tiempo. Lejos de retirarse, aún persigue el podio definitivo de la eternidad futbolística.