Lionel Messi ha escrito con letras de oro su nombre en la historia del fútbol argentino. Con 192 partidos disputados y 112 goles anotados con la camiseta de la Selección Argentina, el rosarino se convirtió en el máximo goleador histórico y el jugador con más presencias en la historia de la Albiceleste.

Desde aquel debut accidentado en 2005 ante Hungría, donde fue expulsado a los pocos minutos, hasta su consagración en Qatar 2022, Messi pasó de promesa precoz a símbolo eterno del fútbol mundial. En el camino, ganó cuatro títulos mayores: la Copa América 2021 en el Maracaná, la Finalissima 2022 ante Italia en Wembley, la Copa del Mundo en Qatar 2022 y la más reciente Copa América 2024 en Miami.

Con actuaciones memorables en cada competencia, Lionel dejó su huella tanto en torneos oficiales como en amistosos, con una constancia y liderazgo que lo mantuvieron como figura indiscutida durante casi dos décadas. Desde su doblete ante Bolivia en 2007, su hat-trick a Brasil en 2012, sus cinco goles ante Estonia en 2022, hasta sus inolvidables conquistas en fases decisivas de los mundiales, Messi demostró ser mucho más que un goleador: fue el alma del equipo.

Además de su éxito en la mayor, su impacto internacional comenzó temprano: fue campeón del Mundial Sub-20 en 2005 y medalla de oro olímpico en Pekín 2008. Pero fue su camino en la selección absoluta lo que consolidó su legado. Después de años de frustraciones en finales, Messi finalmente se sacó la espina en Brasil 2021, y desde entonces su camino fue imparable.

Con 112 tantos, Messi no solo lidera el ranking de artilleros argentinos, sino que se mantiene entre los máximos goleadores históricos del fútbol internacional. Su legado, forjado con goles, asistencias, liderazgo y títulos, trasciende estadísticas: representa la gloria alcanzada tras años de perseverancia.

Hoy, el 10 ya no es solo un número. Es sinónimo de Messi, de pasión, y de una historia que quedará grabada para siempre en el corazón de los argentinos.