Renegociación del T-MEC: EE. UU. busca mayor control sobre el sector automotriz
La próxima renegociación del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) se perfila como un escenario de fuertes tensiones comerciales, especialmente en la industria automotriz. El secretario de Economía, Marcelo Ebrard, ha comenzado a delinear los puntos críticos que estarán en juego, centrándose en tres sectores clave: vehículos, producción agropecuaria y acero.
El primer gran desafío se relaciona con la intención de la Casa Blanca de modificar las reglas de origen en la producción automotriz. Actualmente, los fabricantes deben cumplir con un porcentaje de contenido regional en los vehículos ensamblados en América del Norte, lo que permite que componentes mexicanos y canadienses sean parte de la cadena de valor. Sin embargo, Washington busca reemplazar este requisito por contenido exclusivo de EE. UU., lo que afectaría directamente a las plantas automotrices establecidas en México.
Tensiones en el sector automotriz
Las marcas asiáticas asentadas en México, especialmente aquellas sin redes de proveedores en EE. UU., serían las primeras en sufrir el impacto de este cambio. Empresas como GM y Ford, por contar con plantas en territorio estadounidense, podrían adaptarse mejor, pero otros fabricantes enfrentarían serias dificultades para ajustar su producción al nuevo modelo de comercio que Washington busca imponer.
Además, el embajador Ronald Johnson sostuvo este viernes que las políticas comerciales de la Casa Blanca serán independientes de los esfuerzos del gobierno mexicano en materia de seguridad y combate al crimen organizado. Este mensaje contrasta con el discurso previo de Donald Trump, quien había condicionado ciertos acuerdos comerciales a la colaboración de México en el control de migración y la lucha contra el narcotráfico.
La postura mexicana y los riesgos
Sheinbaum, por su parte, ha buscado una estrategia de balance para evitar que la renegociación resulte perjudicial para la industria nacional. Su equipo ha manifestado especial preocupación por la supervisión del acero utilizado por las automotrices en México y la intención de modificar las cuotas de vehículos destinados al mercado interno y de exportación.
Otro desafío es la credibilidad del acuerdo: si la Casa Blanca decide implementar tarifas o medidas proteccionistas poco después de la renegociación, la utilidad del nuevo pacto quedaría en entredicho. La historia reciente demuestra que Trump ha utilizado los aranceles como herramienta de presión, lo que genera incertidumbre en los empresarios mexicanos.
Expectativas en el G7 y el camino hacia octubre
El tema será abordado en la próxima cumbre del G7 en Canadá, donde Sheinbaum buscará el respaldo de aliados internacionales antes de la negociación formal en octubre. Mientras tanto, los empresarios mexicanos permanecen atentos a cada señal que pueda anticipar los verdaderos términos de la negociación con Washington.