Search for:
  • Home/
  • Nacional/
  • Chihuahua, el nuevo laboratorio judicial: entre mantas, votos y milagros

Chihuahua, el nuevo laboratorio judicial: entre mantas, votos y milagros

Por: Más Noticias

La abogada Silvia Rocío Delgado García, otrora emisaria legal de Joaquín “El Chapo” Guzmán Loera, está a punto de intercambiar los expedientes del narcotráfico por la toga judicial. Con casi 19 mil votos a favor y ubicada en el segundo lugar del Distrito 5 de Chihuahua, todo apunta a que Delgado ocupará una silla como jueza penal local.

Su postulación no ha estado exenta de polémica. Como parte del equipo que asistía legalmente al exlíder del Cártel de Sinaloa, Delgado gestionó desde amparos humanitarios (léase: más cobijas) hasta quejas por acoso penitenciario. Una carrera forjada entre barrotes… ajenos.

En su campaña para juzgar a otros, defendió su vocación con frases de elevada moral: “temple y compromiso con la dignidad de las personas”. Nada como la experiencia en defensa de capos para hablar de imparcialidad.

¿Quién mejor para entender el dolor humano que quien lidió con el frío de un capo?


Pero Chihuahua no está solo en esta tragicomedia judicial. En Jalisco, Eluzai Rafael Aguilar, hija de un obispo de La Luz del Mundo y cercana al convicto Naasón Joaquín García, también resultó electa como jueza. Y como si fuera poco, en el mismo estado, Madián Sinaí Menchaca —ligada a un atropello en presunto estado etílico— también alcanzó su curul judicial, avalada por más de 43 mil votos. Bendito sufragio.

La organización Defensorxs, cual voz clamando en el desierto jurídico, advierte de “filtros ineficaces” y ya promueve impugnaciones. Pero lo que ocurre parecería más bien un reality show judicial, donde el casting lo define la popularidad, la herencia espiritual o el prontuario familiar.

Si la imparcialidad es cuestión de temple, como dijo la candidata Delgado, entonces este nuevo Poder Judicial parece salido del horno con termómetro roto. Nos encaminamos a una justicia por sufragio, donde la toga se gana más por influencia y vínculos que por principios. Eso sí, con cobija incluida para el frío institucional.