Cada perro tiene una personalidad distinta, y mientras algunos son juguetones o tranquilos, hay quienes parecen vivir en un estado constante de nerviosismo. Si convives con un perro ansioso, es probable que más de una vez te hayas preguntado si es posible tranquilizarlo sin necesidad de acudir a soluciones extremas. La buena noticia es que sí existen formas efectivas de ayudarle a encontrar la calma sin afectar su bienestar.

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Para lograrlo, expertos recomiendan implementar ciertos hábitos diarios que favorecen la relajación canina. Desde ponerle música relajante hasta establecer una rutina constante, son varios los recursos que pueden transformar su estado emocional. Acariciarlo con suavidad, realizar masajes en zonas clave como el cuello o la barriga, y sacarlo a pasear con regularidad también tienen efectos positivos en su comportamiento.

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Además, es fundamental que el entorno donde vive sea ordenado y limpio, ya que el desorden puede incrementar su estrés. Evitar castigos, premiar su buen comportamiento y hablarle con tranquilidad son claves para mejorar su estado. Si a pesar de todo los episodios de ansiedad persisten, lo mejor es acudir con un veterinario, quien podrá determinar si es necesario algún tratamiento específico. Detectar las señales de nerviosismo —como temblores, jadeos, posturas encogidas o ladridos excesivos— es el primer paso para brindarle a tu perro la estabilidad emocional que necesita.