La relación entre Katy Perry y Orlando Bloom ha llegado a su fin de manera definitiva, luego de nueve años juntos y seis de compromiso sin boda. Fuentes cercanas revelaron que la separación fue amigable y ambos han decidido seguir caminos distintos, aunque mantienen la custodia compartida de su hija Daisy Dove.

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Aunque la ruptura fue descrita como pacífica, allegados aseguran que “no hay vuelta atrás hacia una relación saludable” y que las diferencias se venían acumulando desde hace meses. La agenda laboral de ambos, especialmente la intensa gira internacional de Perry, provocó un distanciamiento progresivo que terminó por deteriorar el vínculo.

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A lo largo de su historia, la pareja atravesó altos y bajos: una separación inicial en 2017, una reconciliación en 2018, un compromiso en 2019 y el nacimiento de su hija en 2020. Sin embargo, nunca concretaron su matrimonio, lo que, según fuentes, generó frustraciones. Ahora, Katy se centra en su carrera mientras Bloom retomará su vida como soltero, ambos comprometidos con el bienestar de su hija.