La fase de grupos del Mundial de Clubes en Estados Unidos dejó un sabor agridulce para muchos aficionados, especialmente por el desempeño por debajo de lo esperado de varios equipos considerados favoritos. La ilusión se convirtió en frustración para grandes escuadras que, pese a sus nóminas de renombre, quedaron eliminadas prematuramente.

El Atlético de Madrid, uno de los aspirantes más fuertes, inició con una dolorosa goleada 4-0 ante el PSG, resultado que definió su destino. Aunque luego venció a Seattle Sounders y Botafogo, no logró clasificar por diferencia de goles. Con 6 puntos, Simeone reconoció que el tropiezo inicial fue determinante y expresó su frustración por decisiones arbitrales.

El Porto de Martín Anselmi, ex técnico del Cruz Azul, tampoco cumplió con las expectativas. A pesar de un arranque prometedor, empató contra Palmeiras, perdió ante Inter Miami con gol de Messi, y no pudo superar a Al Ahly. Con solo dos puntos, la participación portuguesa fue un fiasco, y su técnico ya está en la cuerda floja.

El caso más sonado fue el de Boca Juniors, que tuvo un inicio aceptable ante Benfica y ofreció resistencia contra el Bayern Múnich, pero no pudo vencer al Auckland City, un equipo semiprofesional. El empate selló la eliminación más inesperada del torneo, dejando una amarga sensación para los hinchas y para el propio técnico Miguel Ángel Russo.

Por su parte, Pachuca, representante de la Liga MX, sufrió tres derrotas consecutivas ante Salzburg, Real Madrid y Al Hilal, incluso desperdiciando una ventaja numérica contra los españoles. El presidente del club, Armando Martínez, lamentó la eliminación y subrayó la necesidad de trascender, no solo competir.

LAFC, que venía de eliminar al América, cayó ante Chelsea y ES Tunis, y aunque casi vence al Flamengo, terminó fuera del torneo. El técnico Steve Cherundolo aceptó que el rendimiento fue insuficiente en un torneo que no perdona errores.

Finalmente, River Plate también quedó fuera. Tras vencer al Urawa Reds, empató con Rayados y cayó contra el Inter de Milán. Marcelo Gallardo asumió la eliminación con autocrítica, reconociendo la jerarquía del rival y las limitaciones propias.

La primera ronda del Mundial de Clubes 2025 demostró que los nombres no ganan partidos, y que cualquier descuido puede significar el regreso anticipado a casa. El sueño de la gloria internacional deberá esperar para estos gigantes que, esta vez, no estuvieron a la altura.