Compañeros que sanan: así es un perro de apoyo emocional
Los perros de apoyo emocional son más que mascotas: son aliados emocionales que ofrecen compañía, consuelo y una presencia constante a quienes enfrentan ansiedad, estrés o depresión. A diferencia de los perros de asistencia, no requieren un entrenamiento especializado, ya que su misión principal es brindar afecto incondicional y estabilidad emocional a sus dueños. Su sola presencia ayuda a mitigar sentimientos de soledad y angustia, convirtiéndolos en una valiosa herramienta terapéutica.
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Estos animales se seleccionan por su temperamento equilibrado, su habilidad para adaptarse a distintos entornos y su capacidad de formar un lazo sólido con su humano. Deben ser tranquilos, amigables, obedientes y, sobre todo, empáticos. Aunque razas como el Golden Retriever, Labrador Retriever o el Cavalier King Charles Spaniel suelen ser las más recomendadas, lo esencial no es la raza, sino la conexión emocional que se construye.
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En países como España, los perros de apoyo emocional no cuentan con reconocimiento legal, lo cual limita sus derechos en espacios públicos o durante viajes. Aun así, hay certificados que pueden acreditar su función, aunque no son vinculantes por ley. Para aquellos que consideran incorporar un perro de apoyo emocional en su vida, es crucial informarse, consultar a profesionales y elegir con responsabilidad. Porque más allá del apoyo que brindan, estos perros también merecen ser cuidados con amor y compromiso.