“No tienen idea de cómo me siento, gracias, de todo corazón”, expresó un conmovido Ozzy Osbourne al cerrar un capítulo inolvidable en la historia del heavy metal. La ciudad de Birmingham, Inglaterra, fue testigo de un concierto monumental que marcó la despedida definitiva de Black Sabbath con su alineación clásica. En un evento sin precedentes, bandas legendarias como Metallica, Guns N’ Roses y Slayer se sumaron para rendir homenaje al legado de la agrupación.

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La noche inició con Ozzy apareciendo en solitario desde su imponente trono negro, interpretando éxitos como Crazy Train, Mr. Crowley y Mama, I’m Coming Home, provocando lágrimas entre los miles de asistentes. El momento cumbre llegó con las sirenas de War Pigs, que dieron paso a una presentación cargada de nostalgia, con temas icónicos como Iron Man y Paranoid. La emotividad se apoderó del escenario mientras las pantallas repasaban la trayectoria de la banda que cambió el rumbo del rock pesado desde 1968.

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El concierto Back to the Beginning, organizado por Sharon Osbourne, agotó entradas en minutos y fue seguido en todo el mundo gracias a una transmisión especial. Figuras como Jason Momoa, Brian May y miembros de bandas como Anthrax, Pantera y Tool formaron parte del homenaje. La energía del público, incluso con la bandera de México ondeando en el moshpit, selló una despedida inolvidable para el Príncipe de las tinieblas, quien, a sus 76 años y con Parkinson, se retira agradecido y consciente del impacto que deja en millones de fans alrededor del mundo.