Nota y fotos por: Silver Juárez Arce

En el centro de la ciudad de Chihuahua, en la calle Doblado, Don Manuel, un adulto mayor de 61 años, comienza su jornada diaria al amanecer. Con un bote, jabón y un trapo, lava vehículos para complementar sus ingresos. Su historia es un reflejo de la realidad que enfrentan muchos adultos mayores en México, cuya pensión no es suficiente para cubrir sus necesidades básicas.

“Sí, ya tengo un reportaje, estoy hasta pensionado”, comentó Don Manuel con una mezcla de orgullo y resignación. Aunque no quiso revelar la cantidad exacta de su pensión, es evidente que lo que recibe no es suficiente. “Setenta pesos por carro”, responde cuando se le pregunta por el costo de su servicio. Un precio módico que refleja la difícil situación económica que enfrentan muchos en su posición.

La economía actual no es benevolente con los adultos mayores. A pesar de haber trabajado toda su vida, muchos se ven obligados a continuar trabajando para sobrevivir. Don Manuel es un ejemplo de esta lucha silenciosa. Su historia no es única; es un reflejo de una generación que, a pesar de sus años, sigue luchando por un lugar en un mundo que parece olvidarlos.

En un país donde la pensión promedio para un adulto mayor es insuficiente, historias como la de Don Manuel son un llamado a la reflexión. Es un recordatorio de la necesidad de políticas públicas que protejan y apoyen a quienes han dedicado su vida al trabajo y ahora, en su vejez, merecen vivir con dignidad.

Don Manuel, con su bote y su trapo, no solo lava carros; lava también la conciencia de una sociedad que debe hacer más por sus adultos mayores.