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Preocupa el calor extremo en EE.UU. rumbo al Mundial 2026

La ola de calor extremo que azota a gran parte de Estados Unidos ha encendido las alarmas en el mundo del fútbol internacional. A menos de un año del arranque del Mundial 2026, jugadores, entrenadores y expertos en salud deportiva han expresado serias preocupaciones por las altas temperaturas y humedad que podrían representar un riesgo para la salud de los futbolistas durante el torneo. El campeonato, que se celebrará entre el 11 de junio y el 19 de julio, está programado para jugarse en pleno verano, pese a que varias ciudades anfitrionas ya han registrado condiciones térmicas extremas durante eventos recientes.

En la Copa Mundial de Clubes, disputada en varias de las mismas sedes previstas para 2026, se presentaron temperaturas tan elevadas que, según el sindicato mundial de futbolistas FIFPRO, varios partidos debieron ser reprogramados o suspendidos por superar los niveles recomendados de estrés térmico. Algunas sedes como Miami, Kansas City, Monterrey, Atlanta y Dallas fueron catalogadas como de “riesgo extremadamente alto” debido al calor y la humedad, lo que puede provocar desde agotamiento hasta pérdida de conocimiento.

Las comparaciones con el Mundial de 1994, también celebrado en Estados Unidos, resultan inevitables. Aquel torneo dejó imágenes icónicas de jugadores exhaustos bajo el sol, especialmente en partidos como el de México contra Irlanda en Orlando, donde las temperaturas rebasaron los 38 grados centígrados. Ahora, con un calendario aún más saturado de partidos —104 en solo 39 días—, los expertos advierten que ajustar los horarios de juego será clave. Aunque FIFA no ha respondido a las solicitudes de información, FIFPRO insiste en que se priorice la seguridad de los atletas por encima de los intereses comerciales.

El fenómeno de la “cúpula de calor” ya se hizo presente este verano en EE.UU., afectando a siete de las once ciudades anfitrionas. Algunos equipos, como Chelsea y Borussia Dortmund, se vieron forzados a modificar entrenamientos o permanecer en vestidores para evitar el sol abrasador. Incluso futbolistas como Thibaut Courtois y Andreas Schjelderup se manifestaron preocupados por jugar bajo tales condiciones. La FIFA aún no ha anunciado si se implementarán medidas concretas, como programar más partidos nocturnos o trasladar encuentros a estadios con climatización, como los de Houston y Atlanta.

Con antecedentes recientes como Qatar 2022, que se celebró en invierno para evitar el calor extremo, y con tormentas eléctricas interrumpiendo partidos en ciudades clave, la organización del Mundial 2026 enfrenta una prueba logística y climática sin precedentes. Si no se toman precauciones, los riesgos para jugadores, árbitros y espectadores podrían convertirse en el principal tema del torneo.