El 29 de julio de 1921, Adolf Hitler asumió el liderazgo del Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán, comúnmente conocido como el Partido Nazi. Este evento marcó un punto de inflexión crucial en la historia del siglo XX. Bajo el liderazgo de Hitler, el partido se transformó de un pequeño grupo político a una fuerza dominante en la política alemana.

Hitler, un veterano de la Primera Guerra Mundial, utilizó su carisma y habilidades oratorias para atraer seguidores, promoviendo un mensaje de nacionalismo extremo, antisemitismo y anti-comunismo. Su ascenso al poder culminó en 1933, cuando fue nombrado Canciller de Alemania, lo que eventualmente llevó al establecimiento de una dictadura totalitaria.

Las políticas de Hitler y su régimen llevaron al mundo a la Segunda Guerra Mundial y al Holocausto, resultando en la muerte de millones de personas. Su liderazgo del Partido Nazi y las consecuencias de sus acciones dejaron una marca indeleble en la historia, sirviendo como un recordatorio de los peligros del extremismo y la intolerancia.