Los científicos aún desconocen por completo por qué un gato ronronea. Se sabe que este sonido puede producirse por vibraciones en la laringe del felino, y aunque se creía que las contracciones de los músculos laríngeos generaban esas vibraciones hasta 25–30 veces por segundo, investigaciones recientes revelan que podrían no ser necesarias para provocar el ronroneo. Algunos estudios muestran que al pasar aire caliente y húmedo a través de laringes aisladas de gatos se generan sonidos típicos del ronroneo incluso sin estimulación neural ni contracción muscular. Esto sugiere que estructuras conectivas —o “almohadillas” en los pliegues vocales— permiten vibraciones autosostenidas gracias al flujo de aire.

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En cuanto a por qué ronronean los gatos, las razones son múltiples. Más allá de mostrar contento, este comportamiento se observa también en situaciones de estrés, dolor o incluso hambre. Por ejemplo, los gatitos lo usan desde sus primeros días de vida para comunicarse con su madre; y en adultos, ronronear puede facilitar la comunicación social con humanos o compañeros felinos.

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Además, el ronroneo podría tener fines terapéuticos. Se ha registrado que las frecuencias típicas que producen los gatos coinciden con las bandas utilizadas en vibración terapéutica para estimular la curación ósea, reducir inflamación y aliviar dolor. Por ello, algunos expertos consideran que esta conducta pudo evolucionar como un mecanismo de autocuración: tras una lesión o durante el reposo, el ronroneo interno serviría para mantener la integridad del tejido del animal.

Este conjunto de descubrimientos recientes profundiza nuestra comprensión del ronroneo felino, subrayando que aunque ya conocemos mejor cómo se genera —mediante aerodinámica y estructuras vocales especializadas— el por qué aún no está del todo claro, pero seguramente combina comunicación, confort y autocuración.