Pocas amistades en el mundo del espectáculo han logrado mantenerse tan sólidas y genuinas como la de Selena Gomez y Taylor Swift, un vínculo que nació en medio de la adolescencia y de relaciones fugaces con los hermanos Jonas. Fue en 2008 cuando, por azares del destino, Selena salía con Nick Jonas y Taylor con Joe Jonas. Aquellas historias de amor no prosperaron, pero marcaron el inicio de una conexión inquebrantable.

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A través de los años, su relación pasó de una amistad casual a un lazo de verdadera hermandad. En el pódcast Therapuss, Selena recordó que su primer encuentro fue tan espontáneo como mágico. Taylor, con su característico cabello rizado y pulseras, le pareció encantadora desde el inicio. Ambas, siendo apenas unas adolescentes, compartieron la emoción de conocerse sin saber que aquella charla juvenil sería el comienzo de una de las amistades más admiradas del pop.

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Desde entonces, han caminado juntas por las alfombras rojas, escenarios, premios y momentos íntimos lejos de las cámaras. Selena fue testigo del nacimiento de “Love Story” en una habitación de hotel, cuando Taylor le mostró por primera vez lo que luego se convertiría en un éxito mundial. Y Taylor se convirtió en consejera y apoyo emocional de Selena, especialmente tras sus rupturas y desafíos personales. Las redes sociales han sido espejo de esa complicidad, con fotografías, dedicatorias y gestos cotidianos que demuestran que, más allá de la fama, su amistad se alimenta de cariño real.

Ambas han celebrado juntas triunfos musicales, cumpleaños y momentos cruciales como el compromiso de Selena con Benny Blanco, donde Taylor no dudó en ofrecerse como “dama de las flores”. A lo largo del tiempo, su relación ha evolucionado, pero el cariño y el respeto mutuo siguen intactos. Lo que comenzó como una coincidencia adolescente se transformó en un lazo eterno que ha sobrevivido al escrutinio público y a los altibajos de la vida, consolidándose como una de las amistades más auténticas y entrañables de la industria musical.