Redacción y Fotografía por: Lic. Francisco “Paco” Navarro.

Desde que iniciaron los trabajos para implementar la reforma judicial que obliga a que las juezas, jueces, magistradas y magistrados sean electos por la ciudanía, en Chihuahua se apostó por hacer del sistema judicial, un sistema judicial sólido, alejado del populismo y con la firme convicción de que la función jurisdiccional no podía estar sujeta a los vaivenes de la política.

Hubo mucho trabajo, mucho diálogo, mucho consenso, para llegar a los mecanismos que nos permitieran que las personas juzgadoras en Chihuahua, fueran cargos de elección como mandata la Constitución. Aquí no se trató de coptar un Poder, se trató de fortalecer una institución, se trató de fortalecer la impartición de justicia en nuestro estado y con ello mejorar la calidad de vida de las y los chihuahuenses.

De octubre a la fecha hemos atravesado por varias etapas. Desde la construcción de las leyes, el diseño e implementación de un proceso electoral totalmente novedoso, inédito, que culminó en una toma de protesta ejemplar en todos los sentidos.
Es muy importante no perder de vista que esta reforma surgió, en un inicio, desde la ira y desde la incapacidad para aceptar el freno, el contrapeso constitucional que representa la división de poderes. También efectivamente surge de la necesidad de sacudir un Poder para que el actuar de este sea más transparente.

Independientemente de si es, o no, la elección de personas juzgadoras la solución a los vicios que históricamente se han reclamado del Poder Judicial, las personas juzgadoras electas tenemos un compromiso muy grande con la Justicia y con la ciudadanía.

En este sentido, vale mucho la pena decir que, todas y todos los que hemos protestado cumplir nuestro encargo, ya sea como juez, jueza, magistrada o magistrado, no debemos incurrir en los vicios del pasado y, al mismo tiempo, fortalecer la independencia del Poder Judicial, emitiendo resoluciones en estricto apego y respeto al Derecho. La justicia chihuahuense no puede estar sujeta a los vaivenes de la política, al contrario, la justicia en Chihuahua debe ser ejemplo de independencia, profesionalismo y respeto a la norma.

A partir de ahora una nueva era comienza y depende de la ciudadanía y de las personas juzgadoras cimentar las bases de un sistema judicial más sólido, más transparente, más eficiente y más respetuoso que nunca del estado de Derecho para que aquí jamás se tenga la tentación, como sucede en ámbito federal, de someter a este nuevo Poder Judicial del Estado de Chihuahua.