Fotografía y redacción por: Lic. Francisco “Paco” Navarro

En nuestro país estamos poniendo en marcha este nuevo modelo judicial. Lo que hace un año se veía lejano, hoy es una realidad. La reforma judicial que obliga a que las personas juzgadoras seamos electas por la ciudadanía ha comenzado a funcionar y es tarea de todos que de los mejores resultados.

El origen de la reforma todos los conocemos. Podemos estar de acuerdo o no, pero eso ya es cosa juzgada. Ciertamente mejorar las instituciones de nuestro país siempre será prioritario, por eso, ante un escenario como el que se nos planteó la participación, la capacitación y la profesionalización permanente y constante siempre será la respuesta.

Yo quiero reconocer ampliamente a las personas que prestan sus servicios en el Poder Judicial. Gente sumamente entregada, que ama la función jurisdiccional y que está haciendo todo lo posible para continuar fortaleciendo la labor de este Poder. Es gente que merece todo el reconocimiento. En ellos también descansar el ejercicio de la función del juzgador y a veces no se aprecia. En las y los Secretarios de Juzgado o Sala, en las y los escribientes, en las y los auxiliares y en todas aquellas personas que intervienen de una u otra manera en la función de impartir justicia y en todo lo que conlleva.

Ahora bien, concretamente en Chihuahua hemos tenido un proceso ejemplar que ha puesto en marcha el funcionamiento de este poder casi sin contratiempos. El Tribunal de Disciplina, El Tribunal Superior y el Órgano de Administración serán los encargados de llevar esta tarea titánica a buen puerto. Al frente de cada uno de estos órganos están profesionistas de mucho prestigio y reconocimiento, sé que han asumido su nueva encomienda con plena convicción y compromiso por la Justicia de Chihuahua.
La reforma ha sido muy cuestionada, es verdad, esa debe ser la razón por la que debemos seguir fortaleciéndola, trabajando para hacer de la Justicia en Chihuahua una Justicia más pronta, más cercana y totalmente garante del Estado de Derecho.

Soy un convencido de que la función jurisdiccional, de la que honrosamente hoy formo parte, se nutrirá y se fortalecerá través del estudio y del ejercicio del Derecho responsable, ético y profesional. Tenemos una encomienda y una responsabilidad enorme, la manera de cumplirla y honrarla es con trabajo, mucho trabajo, compromiso, estudio y dedicación.