Los gatos tricolores, conocidos como calicó en Norteamérica, han sido considerados amuletos de la buena fortuna durante siglos. Su encanto radica en un pelaje singular que combina al menos tres colores, generalmente blanco con manchas negras y naranjas o azules y crema. Cada ejemplar es irrepetible, ya que la distribución de los tonos es totalmente aleatoria, lo que aumenta su fama de “gatos de la suerte” en distintas culturas.

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Aunque muchos piensan que son una raza, en realidad el término tricolor se refiere únicamente a la mezcla genética que produce su característico manto. Varias razas, como el Maine Coon, el Bobtail japonés o el Británico de pelo corto, pueden presentar esta combinación. Su rareza se debe a que la genética necesaria para que nazcan es poco común y, en la mayoría de los casos, las crías tricolores son hembras, debido a la forma en que se heredan los cromosomas que definen los colores.

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A pesar de las leyendas que los rodean, los gatos tricolores no poseen poderes mágicos, pero su sola presencia alegra cualquier hogar. Son compañeros afectuosos y longevos, capaces de vivir en promedio 15 años o más. Ya sea que se les admire por su belleza única o por las historias de prosperidad que los acompañan, estos felinos siguen siendo símbolo de alegría y un verdadero tesoro para quienes tienen la suerte de compartir su vida con ellos.