La Marina se reinventa: entre el escándalo del huachicol y la cacería de Iván Archivaldo Guzmán
Tras el escándalo que involucra a familiares del exsecretario Rafael Ojeda y operaciones irregulares de huachicol, la Secretaría de Marina de México busca recuperar su prestigio. En paralelo, acelera su cooperación con Estados Unidos para capturar a Iván Archivaldo Guzmán, líder de “Los Chapitos” y uno de los narcotraficantes más buscados por Washington.
Mea culpa y reorganización: el discurso de Morales
El almirante Raymundo Morales, actual titular de la Marina, ofreció el pasado fin de semana un discurso que marcó un punto de inflexión. Reconoció públicamente los excesos cometidos durante el sexenio anterior, particularmente en torno al robo de combustible (huachicol) y la protección institucional que habrían recibido algunos implicados, entre ellos los sobrinos del exsecretario Rafael Ojeda.
Este gesto, interpretado como un intento de limpiar la imagen de la institución, fue acompañado por gestiones discretas con el Pentágono. Según fuentes diplomáticas, Morales y su equipo buscan preservar la cooperación bilateral en materia de seguridad, especialmente en operaciones antinarcóticos.
Reestructuración militar: zonas críticas bajo revisión
En las próximas semanas, la Marina anunciará una reorganización total de sus zonas y regiones operativas. Los puntos más sensibles: Manzanillo, Altamira y Dos Bocas, considerados focos de corrupción y tráfico ilícito. El almirante José Manuel Salinas, mano derecha de Morales y con acceso directo al Pentágono, lidera esta transformación.
Como parte de la estrategia de reivindicación, se publicó una lista de marinos caídos en cumplimiento de su deber, en un gesto simbólico que busca reconectar con las bases y reforzar el sentido de misión institucional.
Objetivo prioritario: Iván Archivaldo Guzmán
La captura de Iván Archivaldo Guzmán Salazar, hijo de Joaquín “El Chapo” Guzmán y líder de la facción “Los Chapitos” del Cártel de Sinaloa, se ha convertido en una prioridad compartida entre México y Estados Unidos. Según un reportaje de Reuters, la CIA ha desplazado a la DEA en influencia operativa y coordina directamente con unidades especiales del Ejército y la Marina mexicanas.
A principios de este año, fuerzas especiales mexicanas realizaron una redada en Culiacán, donde Guzmán logró escapar por un túnel oculto bajo un baño, replicando las tácticas de su padre3. La operación, aunque fallida, reveló el nivel de sofisticación y protección que rodea al capo sinaloense.
Washington ha presionado al gobierno de Claudia Sheinbaum para que acelere la captura, incluso como condición para mantener la cooperación en otros frentes. La recompensa por información que lleve a su arresto asciende a 10 millones de dólares.
Cooperación bilateral: entre tensiones y pragmatismo
A pesar del desgaste reputacional, la Marina sigue siendo el brazo operativo preferido por las agencias estadounidenses en México. La presidenta Sheinbaum ha reforzado la colaboración, aunque con la advertencia de que no se tolerarán violaciones a la soberanía nacional.
Desde Langley, Virginia, la CIA ha reasignado recursos antiterroristas para combatir a los cárteles mexicanos, replicando estrategias utilizadas en Medio Oriente. El uso de drones, inteligencia conjunta y unidades “verificadas por la CIA” se ha intensificado.
¿redención o dependencia?
La Marina mexicana se encuentra en una encrucijada. Mientras busca limpiar su imagen y recuperar la confianza pública, se convierte en pieza clave de una estrategia internacional para desmantelar redes criminales. La captura de Iván Archivaldo Guzmán podría marcar un antes y un después en la relación bilateral, pero también evidenciar la creciente dependencia de México en materia de seguridad