Los gatos viven un proceso de desarrollo lleno de cambios físicos y de comportamiento. En sus primeros meses crecen con rapidez, ganando peso y fuerza a un ritmo sorprendente. Desde las primeras semanas, cuando apenas abren los ojos, su cuerpo se prepara para convertirse en un felino adulto, aunque cada raza y cada ejemplar tiene su propio ritmo de maduración.

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Las razas influyen mucho en el crecimiento. Por ejemplo, un Maine Coon puede tardar hasta cuatro años en alcanzar su tamaño completo, mientras que un Singapura se desarrolla por completo en apenas uno o dos años. En general, la mayoría de los gatos domésticos alcanzan su talla adulta entre los 8 y 16 meses, pero su desarrollo físico y mental continúa después de ese tiempo.

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Aunque parezcan adultos al año, los gatos siguen fortaleciendo músculos, cambiando su pelaje e incluso ajustando su temperamento hasta aproximadamente los tres años. Cada minino es único, por lo que la clave está en brindarles una alimentación balanceada, revisiones veterinarias y mucho cariño durante cada etapa para que crezcan sanos y felices.