José Domínguez: “No me revisé el azúcar y perdí la pierna. No repitan mi error”
Nota y fotos por: Silver Juárez Arce
“Nunca me revisé, nunca fui al doctor”, repite José Domínguez mientras descansa su bastón en la Plaza de Armas. Su pierna izquierda, amputada debajo de la rodilla en 2018, es el resultado de una diabetes no detectada a tiempo. “Un día pisé un clavo, se me infectó y los dedos se pusieron negros. Cuando llegué al hospital, ya no había salvación”, relata el hombre, residente en Estados Unidos desde 1990.
El diagnóstico llegó tarde: gangrena. “Me cortaron la pierna porque los dedos ya estaban muertos”, explica sin rodeos. Ahora, de visita en Chihuahua para ver a sus padres, su mensaje es directo: “Que se revisen el azúcar cada tres o seis meses. La diabetes no perdona”.
Aunque el gobierno estadounidense le proporcionó una prótesis sin costo “No pagué nada”, el proceso de adaptación fue duro: “Terapias, dolor, aprender a caminar otra vez”. Pero lo que más le duele es el descuido: “Si me hubiera checado antes, esto no hubiera pasado”.
Con 30 años de trabajo en EU y una vida sin hijos “Me casé allá, pero nunca formé familia”, hoy su prioridad es advertir a otros: “No esperen a que les amputen algo para actuar. Un simple análisis puede salvarles la vida”.
