Desde los ocho años, Gilberto Mora mostró una habilidad y carácter que sorprendieron a entrenadores y rivales en Tijuana. Su primera gran demostración de seguridad y temple llegó al cobrar un penal decisivo para llevar a su equipo infantil a la final, un momento que dejó claro que la edad nunca sería un obstáculo para su talento.

Tras sus primeros años en Chiapas, Gilberto llegó a Tijuana en 2015, cuando su padre fue contratado para dirigir las inferiores de Xolos. Ahí comenzó su camino en el Centro de Iniciación Xoloitzcuintles y en la Liga Menor de Tijuana, donde entrenadores como Wilson Rivas y Jorge Navarro se sorprendieron con su cambio de ritmo, técnica y visión de juego, cualidades que lo hacían destacar incluso frente a jugadores mayores que él.

El talento de Gilberto Mora convirtió los fines de semana en la Unidad Deportiva Jesús Romero Manzo en un espectáculo. Sus regates, goles y jugadas vistosas atraían a más público que cualquier otro partido, incluidos los padres de niños en equipos rivales, quienes soñaban con verlo jugar junto a sus hijos. Desde pequeño, Gilberto demostró seguridad, concentración y liderazgo, imponiéndose sin palabras en la cancha.

El paso por la Liga Menor de Tijuana consolidó sus habilidades y lo llevó a las fuerzas básicas de Xolos, de donde dio el salto a la Liga MX a los 16 años y poco después debutó con la Selección Mexicana Mayor. Hoy, a punto de cumplir 17 años, es referente de la Selección Mexicana Sub-20 en el Mundial de la categoría en Chile, mostrando que aquel niño prodigio sigue cumpliendo cada expectativa que desde niño despertó en entrenadores, rivales y aficionados.