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A sus 80 años, Don Cuco García Galindo sigue corriendo: 33 años de pasión por el atletismo

Nota y fotos por: Silver Juárez Arce

Con sus 80 años de edad y 33 dedicados al atletismo, Francisco “Don Cuco” García Galindo se prepara para participar una vez más en el 21K Chihuahua, que se llevará a cabo este domingo en la Ciudad Deportiva Norte. Su historia no es la de un corredor ocasional, sino la de un hombre que ha hecho del running una parte esencial de su vida, incluso después de servir 26 años en el ejército.

Don Cuco no solo ha dejado su marca en las calles de Chihuahua, donde ha competido en innumerables medios maratones, sino que también ha llevado su pasión más allá de las fronteras. Ha participado en carreras en Guachochi, Mazatlán y Torreón, y en tres ocasiones cruzó a Estados Unidos para correr en Dallas, Texas (dos veces), y San Antonio, donde obtuvo el cuarto, tercer y sexto lugar en su categoría de edad, respectivamente. Aunque no siempre sube al podio, su constancia lo ha mantenido entre los primeros seis lugares en la mayoría de sus competencias.

Este domingo, se alineará junto a más de mil corredores —según sus estimaciones— en la salida desde la Ciudad Deportiva Norte, con meta en el estadio del mismo complejo. Para él, correr no es solo un deporte, sino un estilo de vida que le ha traído “muchas satisfacciones y beneficios, sobre todo en salud”, como él mismo afirma. Su secreto no es otro que la disciplina: “Desde Chihuahua me dio por correr, practicaba en carreras y nunca he tenido padecimientos graves, gracias a Dios”.

Padre de 16 hijos y abuelo de entre 15 y 20 nietos, Don Cuco no piensa detenerse. “Hasta que el cuerpo aguante”, responde con una sonrisa cuando se le pregunta por su retiro. Su mensaje para los jóvenes —y para quienes no lo son tanto— es claro: “Correr es una de las mejores cosas para la salud y para estar bien de la mente. Da muchas satisfacciones, muy agradables”.

Mientras se ajusta el calzado y revisa su número de competidor, deja en el aire una pregunta que él mismo ha respondido con su vida: ¿qué mejor ejemplo de resistencia que un octogenario que sigue corriendo, no por premios, sino por el puro amor al camino?