La Selección Mexicana vivió una noche para el olvido al ser goleada 0-4 por Colombia en un partido amistoso que evidenció sus graves carencias defensivas y la falta de creatividad ofensiva. El equipo dirigido por Javier Aguirre mostró un planteamiento débil, con errores en todas las líneas y una alarmante desconexión colectiva, pese a las variantes que el técnico realizó debido a las lesiones en la plantilla.

El encuentro, disputado como parte de la preparación rumbo al Mundial 2026, dejó al descubierto un marco defensivo endeble, errores en balón parado y un ataque inoperante. Desde el inicio, la zaga mexicana sufrió para contener a figuras como Luis Díaz y James Rodríguez, quienes dominaron con velocidad y precisión.

Entre los jugadores más criticados destacó Luis Malagón, con una salida en falso que permitió el primer gol, mientras que Jorge Sánchez volvió a mostrar fragilidad por la banda derecha. En contraste, Johan Vásquez fue uno de los pocos que mantuvo el orden defensivo, mostrando liderazgo y temple pese al caos general.

En el mediocampo, Erik Lira intentó organizar las transiciones, aunque sin el acompañamiento necesario de Marcel Ruiz ni de Orbelín Pineda, quienes lucieron apagados. En ataque, Alexis Vega fue el más insistente, pero la falta de conexión con Santiago Giménez limitó cualquier intento de peligro real.

Los cambios ofrecieron ligeras mejoras con el ingreso de Hirving Lozano y Julián Quiñones, quienes aportaron dinámica, aunque sin lograr revertir la goleada. El resultado deja claro que el “Tri” sigue sin una identidad sólida y con serios problemas tácticos que ponen en duda su rumbo hacia la justa mundialista.

La derrota ante Colombia no solo golpea el ánimo del equipo, sino que reaviva las críticas sobre el proceso actual. Con un funcionamiento irregular y una defensa desorganizada, México deberá reaccionar pronto si quiere aspirar a competir con potencias internacionales en 2026.