Shohei Ohtani volvió a demostrar por qué es considerado uno de los jugadores más extraordinarios de la historia del béisbol. En el cuarto juego de la Serie de Campeonato de la Liga Nacional (NLCS), el japonés combinó una actuación dominante desde la lomita con un despliegue ofensivo inigualable, conectando tres jonrones y ponchando a 10 rivales, en una noche que quedará grabada como histórica.

Ohtani lanzó seis entradas en blanco frente a 52,883 espectadores y millones de televidentes, incluyendo a decenas de millones en Japón, mientras sus cuadrangulares recorrieron un total de 1,342 pies, con uno que salió completamente del Dodger Stadium. Esta exhibición permitió a los Los Ángeles Dodgers barrer la serie y avanzar a su segunda Serie Mundial consecutiva, consolidando a Ohtani como el único jugador capaz de dominar ofensiva y defensivamente al más alto nivel en la postemporada.

Su actuación, que incluyó jonrones ante tres lanzadores distintos y el récord de un lanzador conectando un jonrón para abrir la entrada, marcó un hito en el béisbol moderno. Incluso tras una racha adversa que había comenzado en la serie divisional, Ohtani mostró que su talento es capaz de redefinir los límites del juego. Sus compañeros, entrenadores y rivales coinciden: presenciar este nivel de maestría es un privilegio único que difícilmente se repetirá.

Con esta hazaña, Ohtani no solo aseguró la victoria sobre los Milwaukee Brewers, uno de los equipos más fuertes de la temporada, sino que también dejó un legado imposible de igualar, consolidando su estatus como el beisbolista más completo y dominante de su generación. Ahora, los Dodgers y su estrella japonesa se preparan para el desafío final, mientras Ohtani sigue deslumbrando y elevando los estándares de lo que parece posible en el béisbol.